Wearables

 


Cualquier persona o animal puede ser susceptible de llevar un wearable a todas partes. Esto no solo implica que se deben tener en cuanta las posibilidades de esta nueva tecnología, sino también que se puede aprovechar la enorme cantidad de datos que genera cada dispositivo wearable. Un smartwatch o un Fitbit, por ejemplo, puede decir muchísimas cosas sobre el usuario que lo lleva puesto: cuántos kilómetros anda al día, qué tipo de distancias recorre, cuántas horas diarias duerme, cuál es su hora de máxima actividad.




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